28 de agosto de 2015

India - Día 12 Varanasi

Hoy el día ha sido muy largo y hay muchas cosas que contar. Nos hemos levantado a las 4:30 y no, no hemos puesto las calles como en España, parece ser que en Varanasi la gente empieza a ir a los ghats a hacer sus rituales de baño y limpieza desde las 4 de la mañana. Habíamos quedado con Sonu, el dueño de la pensión a las 5 para que nos enseñara de cerca el ghat más importante donde la gente va a lavarse, por ejemplo. Pero primero había que para a tomarse un té chai antes de empezar. Sonu tiene varios de los botes que hay en  ese ghat del río Ganges y nos hemos montado en ellos para verlo desde el otro lado. Este río se considera "holy", como dicen ellos o Sagrado para los demás, la fe que demuestran tener cuando cuentan todas esas historias sobre sus dioses hace que de verdad te creas que ese agua tiene algo bueno y que todos deberíamos querer ir a morir allí... (o al menos los hinduistas) Es una pena que no hayamos podido ver los ghat en su máximo explendor pero con la lluvia el agua subió demasiado y aunque ha ido bajando en estos dos días, no ha sido suficiente para ver la longitud de cada uno. Algunos vienen a ducharse todos los días a primera hora mientras dicen sus mantras y después de esto hacen sus rezos y ofrendas a su dios. Otros vienen de diferentes zonas sólo por bañarse en este agua y saber que cuando mueran serán seres sagrados, eso es lo único que les importa. Se bañan con ropa, meten la cabeza debajo del agua, beben agua, la escupen... un montón de rituales. Después de estar más de una hora mirando a aquella gente cómo se bañaba en el río sin importarles la contaminación que pueda tener el agua y lo sucio que está ahora por todas estas lluvias que han removido todo te das cuenta que verdaderamente hay algo muy fuerte que les mueve a ello, no hay explicación más allá de esa fe. Hemos visto amanecer desde las barcas y la verdad que el panorama de enfrente era muy bonito, con toda ese misticismo que representaba aquello. Después nos hemos ido a la pensión para tumbarnos hasta poder desayunar pero en vista de que seguíamos sin tener luz (se había ido por la noche y no tenía pinta de volver) nos hemos ido a buscar el ghat de marnikarnika donde se hacen las cremaciones. Como todo, nos ha cogido un chico un poco antes y de repente en una calle nos ha dicho que por ahí solo pasaban las familias, así que nos ha desviado y aquí venía lo de siempre, soltar pasta por todo. Si queríamos ver las cremaciones, un hombre nos subía a un edificio desde el que nos explicaba todo el proceso y solamente nos pedía una donación al final para la compra de la madera con la que queman a los muertos. Nos ha sonado a tongo pero qué íbamos a hacer si no teníamos opciones. La explicación ha estado francamente bien, aunque claro está siguen con la creencia de sus dioses. El fuego que usan de inicio es que tiene unas brasas que dicen que es del cuerpo de Shiva y que nunca se ha apagado en todos los años. La madera también es de un árbol sagrado que arde en cualquier supuesto, así que si está mojada no hay problema porque arderá sin problemas. Una de las razones por la que puede estar contaminado este río, entre otras, es que nos han contado que las mujeres embarazadas, niños, leprosos y no sé si me dejo a alguien no les incineran si no que los atan a una piedra con una cuerda y los llevan en un bote al centro y los lanzan, asombroso. También nos ha parecido curioso que en las cremaciones no dejan que vayan mujeres porque no quieren que lloren delante del muerto porque significaría no dejarle libre y eso generaría que se convirtiese en espíritu. Tampoco las dejan estar presentes por si son sus maridos los que mueren y no tengan la tentación de tirarse con ellos. La verdad es que es muy curioso pero entra dentro del morbo y me parece que dejar entrar a los turistas mientras los familiares están asimilando la falta de esa persona no está muy bien, pero como siempre la policía es la primera que lo consiente. El caso es que tras esto nos hemos ido a seguir deambulando por las calles del mercado y hemos llegado a Gyanpati Guesthouse para desayunar, ha estado muy rico, tortillas con queso y una jarra de café. Después hemos continuado un poco más para ir a ver algún templo más y hemos dado con el tibetano, réplica del que tienen en Nepal. Cómo la mañana seguía cundiendo nos hemos ido a Sarnath en un tuc tuc y hemos conocido a Diamond, nuestro conductor que amablemente nos ha llevado por esas calles del demonio, nos ha dejado 2 horas para ver todos los templos y nos ha llevado de vuelta. En Sarnath es donde Buda dio su primer sermón y por eso tienen una estatua tan gigante en el templo budista. Había un parque muy bonito donde se entraban a los jardindes budistas donde antiguamente había stupas y ahora solo quedaban restos. 
Una vez de vuelta ya era hora de comer y hemos probado em el restaurante Aroma, el nan especial de la casa llevaba mermelada, frutos secos y algo de piña. El resto de cosas no estaban mal pero tampoco estaban superricas como en otros sitios. Nos hemos ido al hotel a dejar las cosas e irnos a mirar alguna que otra tienda de nuevo. Parece que nos pasamos el día comprando pero no es así. Sólo le hemos comprado al chico que vende enfrente de la pensión que habla en español y nos deja todo a muy buen precio. El caso es que se nos ha hecho un poco tarde y hemos ido al Ganges porque queriamos meter las manos y tener un acto de fe, así que ahora somos un poco más sagrados. De ahí hemos subido a una azotea por 200INR para poder ver por fin la ceremonia de la puja, que no consiste en otra cosa nad más que ir ofreciéndole productos a la madre Ganga e ir diciendo los mantras. Son 5 chicos vestidos con un traje muy festivo y sobre unas tablas de madera hacen todo el ritual que dura una hora. Hemos salido de ahí y nos hemos ido a Shree Café, que nos gustó tanto que teníamos que seguir. Hemos pedido poquito porque teníamos idea de coger un lassi de camino pero al final no hemos podido ir. Y ya mañana nos vamos a Delhi, a ver que nos depara esta enorme ciudad.

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