Por cuarto año consecutivo volvemos a San Sebastián, una ciudad que enamora una vez que la conoces. La pena ha sido la lluvia que nos dio un poco de tregua el sábado pero el resto de días ha llovido a todas horas. La época de sidrerías comprende desde febrero hasta finales de abril (aproximadamente) y es la época en la que estas sidrerías dejan probar sus sidras directamente de las cupelas (barriles donde se deja macerar la sidra) Existe un menú típico de estos sitios que consiste en tortilla de bacalao, bacalao con pimientos, chuleta y queso, nueces y membrillo que viene a costar unos 35€. El pueblo de Astigarraga (a 10 min de San Sebastián) alberga muchas de estas sidrerías y por tercer año consecutivo fuimos a Gartziategi que por la calidad de sus productos es la que más nos ha convencido y francamente, este año tampoco ha defraudado. Al llegar cada uno coge un vaso para la sidra (que será barra libre) y te sientas en la mesa asignada. A partir de ahí empiezan a servirte la comida y de la bebida se encarga uno mismo yendo a las cupelas que tengan abiertas en ese momento. Cuando la persona encargada de abrir una nueva cupela dice la famosa palabra Txotx!!! todo el mundo sabe que hay que seguirle como al flautista de Hamelin porque va a abrir una nueva cupela. Cada una contiene sidra y cada una sabe de forma diferente, en función de gustos... no hay nada objetivo. Hemos pasado un finde muy divertido en familia probando diferentes pintxos en la ciudad, a cual mejor, así que creo que hemos vuelvo con buen sabor de boca para querer volver un año más.
