27 de agosto de 2015

India - Día 11 Varanasi

Hoy nos hemos levantado a las 8 tras una noche larga para alguno por el calor que hacía en la habitación, no teníamos aire acondicionado contratado, error!!! Hemos ido a desayunar al mismo restaurante que cenamos ayer y nos hemos pedido unas tortitas de limón y de plátano. Es curioso porque la de limón simplemente te traen la tortita y tu tienes que exprimir el limón encima. A mi me ha parecido deliciosa. Hoy tocaba caminar porque teníamos que ir hasta la universidad que estaba a unos 3km y en medio teníamos que visitar algunos templos. En total han sido 3 de los cuales solo me acuerdo del último, el de los monos. Ha sido muy curioso entrar y ver como los monos nos hacían un pasillo, había grandes y pequeños. La pena es que no te dejan hacer fotos en ningún templo por dentro. Nos hemos descalzado como es costumbre y hemos dado una vuelta alrededor, no es muy grande con lo que en dos minutos estás fuera. Otro de los templos tenía una especie de animación con muñecos y era muy verbenera. Y el otro ha estado simpático porque hemos visto un templo todo rojo y hemos entrado pensando que era el de los monos. Al dar la vuelta nos hemos encontrado un hombre que nos ha dicho que nos acercarámos y digamos que nos ha bendecido, nos ha puesto un bindi en la frente, luego te daba unos toques con una especie de pluma larga (un día de estos vamos a coger piojos) y te ataba un cordón negro al cuello, claro está que había que echarle un donativo en la caja que tenía al lado. Al salir nos ha parado una familia para hacerse una foto el que creemos que era el padre y llevaba un niño pequeño. El caso es que al final me han dado al niño para que lo sujetase y me hiciese la foto yo sola con él, a mi me sigue pareciendo superextraño todo. Entretanto, otro hombre ha salido de un santuario y de manera parecida nos ha vuelto a bendecir, esta vez con un pegote de polvos blancos y una pulsera con los colores de la bandera de españa. Lo único que al final creo que ha terminado maldiciendo porque solo me quedaban 10 rupias y nos pedía más, pero he intentado poner cara de pena como hacen algunos y decir, es que no tengo cambio para darle más, y nos hemos ido. Después de salir de todo esto hemos llegado al campus, no hay mucho que destacar, un conjunto de edificios, cada una de una carrerar y cada edficio era de un tipo con una cúpula diferente. Ya eran las 12 cuando hemos decidido salir de allí e intentar coger un tuc tuc para ir al fuerte y que nos diese tiempo a comer. Vaya caminito por el que nos ha metido, lleno de barro, charcos, vaivenes, hasta se ha metido en dirección contraria adrede para pasar a su carril... toda una aventura de nuevo. Hemos llegado sanos y salvos pero el viaje ha sido en balde porque el fuerte no merece la pena en absoluto, aparte que nos hacían pagar 150INR por entrar al museo y ya estábamos hasta las narices de pagar y pagar y de que por ser extranjeros nos tomen por tontos. Al volver alojamiento, el dueño nos ha dicho que no él nunca recomienda esa visita porque no merece la pena. Hemos vuelto a la que llamamos nuestra "zona de paz", la calle de la pensión, donde no se escucha el claxon de coches ni motos, ni hay mucho ruido, sólo de vez en cuando. Ahí ha sido cuando ha empezado a llover y justo nos hemos metido en un restaurante que queríamos probar Spicy Bites, nada que destacar, la verdad. Aparte que hemos estado esperando más de una hora a que nos sirvieran la comida, luego no estaba realmente buena. Nos hemos venido a la pensión a cambiarnos pero antes hemos parado en la tienda que tenemos al lado porque el chico habla español y tiene todo muy barato y no está todo el día presionando para que compres. Al salir del hotel hemos vuelto a ir a la tienda a que Dani mirase alguna camisa y hemos salido de allí con otra bolsa de ropa y con un té chai en el cuerpo. Un poco más adelante hemos parado a tomar un lassi en Bana Lassi, muy rico salvo por los frutos secos que le han echado, el mío era de piña y el otro era de manzana. El sitio muy recomendable, por cierto, y tienen wifi y te lo dicen ellos mismos una vez allí. 
Después nos hemos vuelto a acercar al ghat a ver si daban la ceremonia abajo pero es imposible con la altura que tiene el río, es una pena, así que lo hemos dejado para mañana, última oportunidad de verlo. Nos hemos ido en busca de una tienda de telas pero después de mucho andar por los bazares y de llegar a una zona donde la luz brillaba por su ausencia hemos decidido ir de día porque era un caos. Al volver, en una de las calles se ha montado una buena, era muy estrecha y había motos en un sentido y en otro y mientras la gente intentando pasar y se iban amontonando. Nos hemos puesto en un lado a ver si aquello avanzaba, se despejaba y podíamos continuar pero ha sido inútil y al final dos de a pie se han puesto a discutir y a pegarse y nos hemos dado la vuelta para buscar una calle paralela y salir. Al salir a la calle principal y ver que eran las 20:00 hemos ido a nuestra "zona de paz" a buscar un sitio para cenar y hemos elegido Jyoti Café. Sólo había un hombre atendiendo y es el que nos ha hecho la comida, que estaba muy rica, hemos pedido paneer pero esta vez rebozado y con una salsa muy cremosa riquísima. El otro plato era de verduras, donde destacaba la berenjena, también muy bueno. Y por si no lo había comentado en todo el viaje, picaban los dos platos. Tras esto ya de vuelta a la pensión porque mañana hemos quedado con el dueño a las 5 para enseñarnos las cremaciones. 





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