26 de agosto de 2015

India - Día 10 Varanasi

Hoy cuando nos hemos levantado hemos hecho las maletas y antes del checkout hemos ido a cambiar dinero en el hotel, que no nos cobraban comisión, supongo que por algún chanchullo suyo pero a nosotros nos ha convencido el tipo de cambio. Después hemos desayunado en el hotel una tortilla de queso, estaba riquísima. Hemos dado una vuelta después de hacer el checkout y como no teníamos nada mejor que hacer hemos decidido irnos al aeropuerto a esperar allí y así, Bhawani podía empezar su viaje de vuelta, que tenía 12 horas por delante ya que nos ha dicho que pararía a comer y a poco más para llegar lo antes posible a su estado porque en cualquier otro no era muy seguro. Así que una vez en el aeropuerto no podía ser más cutre, había una tienda de refrescos y snacks y otra de ropa pero como las que te puedes encontrar en las calles y encima estaban cerradas. Hemos pillado unas galletas, patatas y un par de refrescos y nos han metido un palo muy serio, unos 11€ al cambio. Y el check in ha sido una auténtica locura, que mala organización de todo y para pasar el control nos han tenido más de media hora y encima casi se quedan con los imanes, ufff. Pero el lado positivo es que ha salido media hora antes de la hora prevista con lo que hemos llegado muy bien de tiempo. Al aterrizar en Varanasi nos estaba esperando un taxista que había mandado la pensión en la que ibamos a estar y aquí empieza una nueva aventura. Todo iba casi bien en el camino si no fuera porque conducen peor aún que en el resto de ciudades y porque cuando sólo quedaban 5 km para llegar al alojamiento de repente nos paramos. Todo el mundo pitando, intentando buscar el hueco para pasar y nada, vamos avanzando poco a poco y el dueño de la pensión llama al taxista para ver por donde vamos. Le explica la situación y parece ser que está todo colapsado porque ha habido una fuerte tormenta que ha desbordado el rio y no veáis la que se ha liado. Según nos ha contado luego el dueño el agua llegaba más alto de las rodillas en algunas zonas. Menos mal que nos lo hemos perdido esta vez. El caso es que la mejor idea del dueño es que en cuanto saliésemos del atasco dejase el coche aparcado, cogiésemos un rickshaw y nos llevase cerca del alojamiento, qué gran idea... El caso es que en un principio hemos cogido uno y quería que nos montásemos 3 en un asiento en el que apenas cabían 2 y con las 4 mochilas que llevábamos. Cuando he visto el panorama me he negado en rotundo y al final el taxista se ha puesto detrás y nosotros en los asientos. Pero aquí no acaba todo, el pobre chico del rickshaw no podía con su alma y nos ha llevado como podía, hasta que hemos llegado a una calle que tenía agua como para cubrirte más allá de los tobillos y ha sido en es momento cuando en un mal movimiento nos hemos visto en el agua, casi me da algo... en cuanto hemos podido nos hemos bajado y poco más adelante ha salido el dueño de la pensión a buscarnos. Aunque hemos tenido que ir un buen camino andando también, ya lo prefería, no vuelvo a montar en rickshaw y no lo recomiendo, que mala experiencia. El caso es que hemos tardado 2 horas en llegar en un trayecto que puede ser como mucho de media hora, una locura. Nos han enseñado la habitación y las instalaciones y tras darnos una ducha nos hemos ido al ghat donde hacían la ceremonia de la puja pero no hemos logrado ver gran cosa porque como el agua cubría bastante los ghat han decidido hacerla en un balcón más arriba y no se veía nada, así que probaremos más suerte mañana. Hemos dado una pequeña vuelta por toda la zona y la verdad es que no parece que la gente sea tan pesada como en otros sitios que hemos estado, de momento me gusta este sitio, dicen que es una ciudad muy espiritual, vamos a ver si le sacamos ese punto místico. Esto esta lleno de calles con tiendas de todo tipo, además hay mercadillo de verduras por las mañanas y hay un mercado que está lleno de callejuelas con más y más tiendas, me recordaba un poco a los zocos de marruecos. Hemos ido a cenar donde nos ha recomendado el dueño Shree Coffee, muy bien y muy barato hemos comido dosa de champiñones y queso, patatas guisadas y un arroz biryani con paneer. Después hemos seguido caminando y nos hemos acercado a un par de ghats a mirar y había gente local que se estaba bañando y metiendo la cabeza en ese agua tan sucio que tiene el río Ganges. En esta ciudad vamos a encontrar muchos "baba" que son como santones que se pintan la cara y son gente muy espiritual. 






 

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