Al tercer día de estar en Praga
volvimos a buscar sitio para desayunar, esta vez no triunfó nada el
apfelstrudel que nos vendió la mujer pero el café al menos se podía tomar. Hoy tocaba hacer una ruta que venía en la
guía que nos llevaba una hora o algo más y estuvimos viendo más rincones de la
ciudad, fuimos otra vez cerca del museo de Kafka para ver un mural pintado con
grafitis donde se podía apreciar algo de la imagen de John Lennon. Tomamos algo
en unas terracitas que había por allí y después buscamos un sitio para comer,
esta vez se nos hizo larga la búsqueda pero comimos muy bien y barato. Volvimos
al hotel para descansar un pelín y luego teníamos paseo con espectáculo de jazz
en “jazzboat”, totalmente recomendable también. En 2 horas vas paseando por el
rio Moldava mientras cenas o simplemente tomas algo y escuchas buena música, la
chica cantaba fenomenal (Martina
Fišerová Quartet). Yo mientras, iba haciendo fotos de todo, y salí un rato
fuera, lo justo para no marearme mucho…
Cuando salimos lo único que encontramos abierto era
una pizzería en el centro, así que no miramos más y entramos, la pizza era
finita pero tampoco era para tirar cohetes aquello. De ahí a seguir callejeando
para terminar volviendo al hotel a las mil.
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