17 de julio de 2013

Tercer día en Budapest


Último día en Budapest, me está gustando muchísimo esta ciudad y me llevo unos recuerdos muy buenos, y aunque ya estoy muy cansada de tanto patear y no parar mucho sigo pensando que merece la pena más que alguna otra de las anteriores. Hoy ya nos lo hemos tomado con calma, hemos ido a comprar tabaco y algunos regalitos culinarios para la familia y hemos montado en la línea 1 de metro, si ya me pareció curiosa la otra por lo profunda que estaba y esas escaleras interminables esta es todo lo contrario, está bajando y te la encuentras, a ras de subsuelo. Es muy antigua la línea y hay que ver los vagones de metro que se mueven muchísimo, son incómodos y para entrar y salir suena un pitido desmesurado y se enciende una luz y apenas te da tiempo a salir o entrar, pero es digno de ver. De ahí ya fuimos a comer a un sitio recomendado “Vakvarju” y que salía algo más caro pero estaba todo buenísimo también. Y nos fuimos al hotel para coger el bikini e irnos en busca de algo muy típico en Budapest, las termas, según dicen hay más de 200. Bueno, pues después de ir con toda nuestra ilusión a unas que habíamos buscado que estaban fenomenal, llegamos y las estaban arreglando, que bajón… pero la solución estaba a la vuelta de la esquina, otras termas “Luka'cs” que al final no han resultado estar tan mal. A primera hora estaban más tranquilas pero justo cuando decidimos irnos se empezaban a llenar por demás. Entramos a preguntar precio y si eran mixtas, y después de decirnos 10€/persona ni lo dudamos. Hasta que entendimos un poco el tema de las taquillas, vestuarios nos costó pero entre unos y otros nos entendimos. El centro tenía una piscina al aire libre de agua templada donde tenías varios apartados: jacuzzi, tumbonas, cuello de cisne, burbujas por los pies… salías de ahí y entrabas al recinto cerrado donde estaba el pediluvio, y un poco más para allá la sauna y un barril enorme lleno de agua muy fría. Al salir un poco de hielo por el cuerpo y otra vez a repetir el circuito, creo que fue el mayor acierto de todo el viaje por todo, pero sobre todo el relax que necesitábamos después de 10 días sin parar. Cuando terminamos nos fuimos al hotel para ducharnos y vestirnos para ir a cenar y hacer fotos nocturnas. El sitio de la cena también 100% recomendable, un sitio de pescadores “Horgasztanya Vendeglo”, la sopa de pescado sin adjetivo, cualquiera de ellas está buenísima. El error fue pedir fritura de pescado, de ahí comían 4 personas fácilmente. Estaba todo muy bueno, lo único que no tenían para pagar con tarjeta pero pudimos pagar en euros, menos mal porque ya me veía fregando. Y para finalizar el día, estuvimos haciendo fotos de noche a todo lo que nos había parecido pintoresco. Y de ahí, otra vez tarde al hotel a preparar las maletas para irnos a Praga, final de trayecto.

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