La ciudad puede verse en un día
perfectamente y como teníamos tiempo decidimos pasar la noche aquí y poder
hacer fotos por la noche y disfrutar un poco más de esta ciudad. Llegamos al
hotel Esprit a las 11:00am y en cuanto dejamos las maletas nos pusimos en
marcha. El hotel estaba a un paseíto hasta el centro y a primera hora se hacía
bien, por la noche ya no había ganas de nada. Estuvimos viendo todo el centro
con sus calles peatonales y entremedias nos paramos a tomar algo en un bar de
rock. Estuve buscando estatuas y entre ellas me quedo con la de “man at work” y
“schoner Naci”. Después nos fuimos a buscar la iglesia azul o iglesia st
Elisabeth que me encantó y estaba un poco más retirada del centro. Volvimos a
la zona centro y elegimos un restaurante
para comer que estaba bastante bien de precio, al final salimos por unos 12€
por persona y el camarero que nos atendió muy simpático. Volvimos al hotel y
después de un rato volvimos porque queríamos ver el castillo, subimos y tras la
caminata tomamos algo y elegimos cenar el bar de rock de por la mañana, una
hamburguesa y un sándwich que no había por dónde cogerlos de lo grandes que
eran y una limonada muy rica. Aprovechamos para hacer las fotos nocturnas de
todo lo que se podía y volvimos al hotel en autobús y menos mal porque el viaje
ya empezaba a pesar al final del día.
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