Séptimo día

Hoy nos hemos levantado más tarde que nunca, a las 8:00 am pero es que ya llevamos muchos días madrugando y a alguna nos daba pereza abrir el ojo antes. Hemos ido a ver la Estatua de la Libertad a través del ferry que te lleva a Staten Island. Nosotros que ya hemos hecho el viaje  la propia isla de la estatua creemos que no merece la pena las 2 horas de cola para subir al barco y luego ver la estatua desde la isla no es para tanto, así que este barco gratuito nos ha venido muy bien para hacerle unas fotos al conjunto de la isla. Ha sido un día nublado y ha hecho mucho aire en esa zona con lo que hemos pasado bastante frío hasta la hora de la comida. Hemos ido a visitar la zona 0 que ahora tiene 2 fuentes enormes en el lugar que ocupaban las torres gemelas y están terminando de construir un edificio al lado de una altura parecida a la que tenían las torres. Después hemos ido de compras a Century 21 y a visitar el toro (Charging Bull), la Bolsa, la iglesia de Trinity y el Pier 17. De ahí hemos cogido el bus para ir a comer a Katz’s. Ha merecido la pena probar el pastrami aunque yo creo que se pasan un poco con los precios debido a lo famoso que es su local pero había que hacerlo. Hemos ido al apartamento a coger algo de abrigo porque ya era insoportable el frío y nos hemos subido a Rockefeller Center. Desde allí hemos ido a las tiendas de lego, la NBC, Abercrombie, Hollister y hemos terminado en Times Square en la tienda de Disney y en las de regalos comprando imanes. De camino a casa hemos intentado buscar un Lady Foot Locker pero no nos acordábamos de la dirección exacta así que hemos desistido y hemos venido a casa a dejar las compras y a elegir un sitio para la cena. Tras mucho discurrir al final hemos optado por hamburguesa y resulta que al lado de casa teníamos un sitio bastante bien valorado y hemos ido a probar, era Brindle Room Restaurante, el sitio donde tuvimos que recoger la llave el primer día. Hemos elegido hamburguesas y la verdad que no han decepcionado, tenían un sabor espectacular así que nos hemos venido a dormir con buen sabor de boca. Nos han invitado al postre que eran unos buñuelos con un toque de canela, un detalle estupendo. Y ahora nos vamos a dormir porque el día ha sido agotador, una vez más.