Recién aterrizados en la isla
tras un vuelo sin retrasos y sin sobresaltos nos dispusimos a retirar nuestro
coche alquilado; esta vez si, un descapotable ya que el tiempo iba a
acompañarnos toda la semana. Después de probar cómo funcionaba todo nos fuimos
dirección Puerto de Tenerife, a los apartamentos alquilados (Casablanca). En
dirección allí se nos hizo la hora de comer y decidimos antes de hacer el
check-in ir a Casa Paché, como bien se indica… es una casa utilizada como
restaurante, con varias salitas y una terraza. Se encuentra en la calle de la
verdad nº6 y qué puede decir salvo que la comida es casera y riquísima, que la
mujer que nos atendió fue muy agradable y recomendándonos por aquello que
preguntábamos, pedimos quesillo asado que venía con 3 salsas (mojo picón, mojo
verde y miel), conejo en salmorejo y bacalao encebollado. Y como no, un
barraquito, mmmmmmmmm. Precio medio 12 eur/persona. Tras esto fuimos al
apartamento y tras perdernos entre los múltiples ascensores de los muchos
edificios que tiene conseguimos llegar al nuestro, muy buena presencia, limpio,
y como regalo, una botellita de vino.
Tras un poco de relax bajamos a dar un paseo y buscar un sitio para
cenar, esta vez un mexicano en la calle Perdomo que también nos gustó bastante,
sobretodo el guacamole que preparan. Precio medio 13 eur/ persona. De ahí, vuelta
para casa que tras tener una hora más el día, estábamos destrozados.
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